Además de ser una jugosa y sabrosa fruta, las propiedades del durazno o melocotón son realmente interesantes. En este artículo haremos un breve recorrido por alguna de ellas. El durazno es de origen asiático, aunque ya en la época del antiguo imperio romano fue introducido en Europa. En la actualidad podemos encontrar esta fruta de característica piel aterciopelada en cualquier parte del mundo. Generalmente se consume en su estado natural, aunque son también habituales las mermeladas y confituras de durazno, así como su presencia en zumos, postres, o incluso como acompañamiento en algunos platos.
Estas son algunas de las principales propiedades del durazno.
En primer lugar, debemos destacar el contenido en Vitaminas A, C y E de esta fruta. Estas vitaminas tienen fuertes propiedades antioxidantes, por lo que su consumo es un eficaz método para bloquear la acción de los perjudiciales radicales libres, propios de hábitos de vida poco saludables. Esta propiedad del durazno permite evitar la oxidación y envejecimiento celular, lo que permite prevenir diferentes enfermedades degenerativas, cardiacas e incluso algunos tipos de cáncer.
Por otra parte, estas vitaminas son fundamentales para reforzar el sistema inmunológico, impiden la acumulación de grasa en las arterias, además de contribuir activamente a tener una piel más tersa, suave y saludable. Podemos por tanto decir que el consumo de duraznos nos beneficia tanto por dentro como por fuera.
Al igual que en frutas como el plátano, melón o mango, en el durazno podemos encontrar grandes cantidades de potasio y magnesio. El potasio ayuda a regular las funciones muscular y nerviosa, además de permitir controlar la presión arterial. El magnesio por su parte, es un eficaz relajante muscular además de actuar ante episodios de cansancio, ansiedad o estrés. Por todo ello es una fruta realmente apreciada entre deportistas, ya que contribuye a una rápida recuperación.
Otro de los beneficios del durazno, se deriva de sus propiedades coleréticas. Al igual que el rábano, el hinojo o la alcachofa, el durazno favorece la producción de bilis por parte de la vesícula biliar. Esto ayuda a la digestión de grasas, favoreciendo la función hepática.
Un último beneficio del durazno viene dado por su contenido en fitoestrógenos. Esto hace que el durazno sea una fruta especialmente aconsejada para mujeres en edades a partir de la menopausia, permitiendo mitigar los molestos síntomas de esta etapa en la vida femenina.
¿Conocías todas estas propiedades del durazno? ¿Conoces alguna otra? No dudes en compartirla con nosotros, recuerda que tus aportaciones y comentarios siempre serán bien recibidos.