Si tu hijo parece estar entrando en la pubertad pero todavía es pequeño para ello, se impone una consulta al especialista: podría ser un caso de pubertad precoz.
Durante la pubertad, se experimentan importantes cambios físicos y hormonales que transforman el cuerpo del niño en un cuerpo adulto.
Actualmente, la media de edad en la que se inicia la pubertad es de 10 años en las niñas y 12 en los niños, por lo que se considera dentro de los límites normales que empiecen su desarrollo hacia los 9 años las primeras y hacia los 11 los segundos.
¿Cuáles son los síntomas de la pubertad precoz?
Se considera pubertad precoz cuando los cambios tienen lugar en pequeñas de menos de 7 u 8 años y en varones de menos de 9. Los principales señales de que su desarrollo se está adelantando son:
- Un repunte en la curva de crecimiento, que a veces se traduce no sólo en un aumento de talla sino también en un incremento del peso y la masa corporal.
- Olor corporal más propio de un adolescente que de un niño.
- Vello en el pubis o las axilas (y en el caso de los niños, también en la cara; puede aparecer el primer “bigotillo”).
- Acné.
- Desarrollo de los órganos genitales en los niños y del pecho en las niñas.
Los altos niveles de estrógenos y testosterona propios de la pubertad pueden alterar también su humor y su comportamiento.
Ser sexualmente más maduros que sus compañeros o sus hermanos mayores (aunque emocionalmente sigan siendo unos niños), es una carga difícil de llevar para la que no están preparados.
Las niñas pueden mostrarse taciturnas o irascibles; los niños pueden aumentar su nivel de agresividad y mostrar impulsos sexuales inapropiados para su edad.
Si observas en tu hijo alguno de estos síntomas, lo mejor es que consultes con el pediatra para que te derive a un endocrino especializado en niños. Una detección precoz del problema permite parar e incluso revertir el proceso.
Si te hemos ayudado a detectar los síntomas de la pubertad precoz tal vez te resulte interesante nuestra sección de salud.