Fascitis plantar – Síntomas y Tratamiento

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fascitis-plantar-165x200-2751031La fascitis plantar es una inflamación de la llamada fascia plantar, que une los huesos de la planta del pie, cuya función es amortiguar el impacto al caminar, correr o saltar.

Cuando se realiza un sobreesfuerzo o fuerza en demasía esta zona, la fascia se inflama y crea microtraumatismos que generan un dolor agudo al apoyar el peso del cuerpo en el pie. Esta lesión es muy común en deportistas de élite de mediana edad o en personas con una actividad moderada de cincuenta años o mayores.

Hasta hace unos años se creía que esta lesión estaba asociada exlcusivamente con un espolón en la parte trasera del talón. Si bien es cierto que los espolones pueden crear una inflamación que genere fascitis plantar, no es la única causa. Entre las causas más comunes de inflamación de la fascia plantar se encuentran la carga asimétrica del peso del cuerpo en un pie, el sobrepeso, los pies planos o la debilidad del músculo sóleo. La edad también es causa habitual de la pérdida de la eslasticidad de la fascia plantar, favoreciendo la presencia de las microroturas.

Síntomas de la fascitis plantar.

El síntoma más evidente de la fascitis plantar es un dolor agudo situado en la parte interna de la planta del pié o del talón, que puede llegar a imposibilitar el caminar. El dolor es más claro al despertar y va aligerando a lo largo del día, a menos que se realicen grandes esfuerzos durante un tiempo prolongado, con lo que el dolor puede aparecer en el momento de cesar la actividad.

Es sencillo detectar la fascitis plantar debido a el dolor localizado y a que la rojez e inflamación que produce son fáciles de apreciar en ojos de un podólogo con experiencia. Si bien es aconsejable tomar radiografías para descartar otras posibles lesiones como microfisuras en los huesos del pié.

Tratamientos para regenerar la fascia plantar.

El tratamiento de la fascitis plantar es muy efectivo aunque prolongado, ya que suele demorar varias semanas (incluso meses) hasta sentir mejora en el confort del paciente. Deben tomarse antiinflamatorios y realizar ejercicios de estiramiento para el talón, los ejercicios más comumes y recomendados son:

  1. Utilizar una banda elástica o tela de unos dos metros de largo para pasarla por debajo del pié afectado y, con los dos brazos, relizar presión hacia arriba. Esto mejorará la estimulación y el riego sanguíneo de la fascia plantar y por lo tanto cerrará las microroturas de forma paulatina.
  2. También es recomendable apoyar el peso sobre una única pierna durante el mayor tiempo posible y mientras dure la recuperación, para evitar que las microfisuras soldadas se puedan reabrir.
  3. Ejercicios con frío: muy recomendable el uso de latas de refresco frias de la neveras y apoyar la planta del pié encima de ella y realizar rodamientos hacia adelante y hacia atrás, de tal forma que se masajee todo el puente plantar. También es recomendable aplicar frio en la zona al finalizar un ejercicio prolongado o una caminata intensa.
  4. Aplicar vendajes: un vendaje compresivo ayudará a que la fascia reduzca su tamaño y por lo tanto disminuya el dolor plantar, también facilita el caminado ya que sujeta toda la zona afectada. También se pueden utilizar dispositivos ortopédicos que sujetán áreas más extensas que los vendajes y que, por lo tanto, son más efectivos.
  5. Cirugía: en los casos más extremos, donde la fascitis plantar impide la vida normal del paciente y cuando todos los otros tratamientos descritos anteriormente no surgen efecto, se recomienda la cirugía en la que se desprenderá la fascia del talón del paciente.

Prevención de la fascitis plantar.

La fascitis en el pié es una enfermedad que llega sin avisar, un día no notas nada y a la mañana siguiente no puedes apoyar el pie en el suelo. Es por eso recomendable, sobretodo si ya has tenidos molestias en la planta del pié en diversas ocasiones, seguir los siguientes consejos.

  • Evitar la obesidad y el aumento de peso.
  • Utilizar calzado adecuado, con una buena amortiguación y suela semirígida.
  • Evitar caminar descalzo en la medida de lo posible.
  • Practicar ejercicios que no requieran de un impacto plantar, como la natación o el ciclismo.
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